El trabajo se trata de experimentar la teoría del color mediante la pintura acrílica. Para ello, se nos encarga imprimir una foto, específicamente del retrato de alguien (puede ser quien queramos) en blanco y negro Para este trabajo contamos con un formato, un A3 de unos 100-200gr satinado, en el que va impresa nuestra fotografía.
De este trabajo he aprendido que la cara, las facciones humanas, tienen mucho más volumen del que pensaba, y que hay que desaprender a verlos como tal y empezar a verlos como si fuera relieve, “montañas”. También he aprendido que los tonos neutros se aplican de forma muy regular en los retratos y que hay que mirarlos a cierta distancia para saber si los colores están funcionando o no (también es muy útil entrecerrar los ojos y observar si la pintura va cobrando sentido o no). Por último, otra de las cosas nuevas que he aprendido ha sido que hay que ir trabajando con “camas”, es decir, colores que pones en forma de base que preparan al siguiente color que vaya por encima, esto es muy útil para el tema de las luces por ejemplo. Pese a que en algunos puntos el trabajo me ha empezado a desesperar un poco porque pensaba que a cada dos pinceladas que daba “me lo estaba cargando”, ha sido muy divertido soltar la mano y empezar a depositar más confianza en mi, en la pintura nada es definitivo (otra cosa que he aprendido…) Finalmente, estoy contenta con el resultado final para ser la primera vez que toco los acrílicos de forma más seria.
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